Visita a la Escuela 29 de Octubre del MST- Rio grande do Sul- Brasil

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La mañana del viernes 3 de Octubre, en el marco del III Coloquio Binacional de Educación, Estado y Democracia: Más allá del neoliberalismo, visitamos la Escuela 29 de Octubre, experiencia pedagógica que surge a partir de la
experiencia política y social de los acampes y luego asentamientos realizados por Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST) en Rio Grande do Sul. La escuela está ubicada en el Asentamiento Annoni, municipio de Pontão; sus
actividades escolares comenzaron en 1986 y, de las escuelas del Movimiento que actualmente están en funcionamiento, es una de las más antiguas y de las primeras escuelas campesinas. Allí, nos recibió, Munir Lauer, quien vive desde los 7 años en el Asentamiento, actualmente es coordinador pedagógico de la
institución y Doctor en Educación. A lo largo de este escrito, relataremos lo vivenciado durante la jornada de intercambio, en el que participamos integrantes del Coloquio provenientes de las universidades de Brasil y
Argentina, así como también Munir y tres estudiantes de la escuela.
Intentaremos dar cuenta de algunos de los elementos que conforman la praxis
política, social y educativa del MTST.

El acampe y los orígenes del MST
El 29 de octubre de 1985, el Movimiento realiza un acampe en la región de Pontao en Río Grande do Sul y más tarde un asentamiento en un latifundio de alrededor de 74.000 hectáreas, este hecho, protagonizado por campesinos sin
tierra desplazados es una de las experiencias sociales más relevantes en América Latina en lo que refiere a la lucha por el derecho a la tierra y el trabajo digno. Tras 40 años de esta experiencia de lucha, cuyos procesos complejos
requieren de un tratamiento más profundo, el Estado reconoce, solo en ese asentamiento, la propiedad de la tierra de 1500 familias campesinas sobre 9800 hectáreas de tierra para el trabajo agrícola.

Principios para la organización del trabajo
Entre los objetivos fundacionales del Movimiento está la Reforma Agraria como fin para garantizar la propiedad de la tierra que se trabaja.  Esta reivindicación se va haciendo cada vez más urgente frente a la hostilidad que representa el
agronegocio y la sojización, tanto con la naturaleza como con la vida humana; frente a esos modos de producción se proponen formas cooperativas que cuidan el ambiente y garantizan una vida digna para las familias. El MST sitúa
en la propiedad social de la tierra uno de los sentidos de la justicia social.

La estructura organizativa del movimiento 
El MST cuenta con una fuerte presencia en gran parte del territorio de Brasil, convirtiendo al Movimiento en una organización de alcance nacional. En este sentido, la estructura interna se organiza por jurisdicciones, es decir, lo
Nacional, lo Estadual y lo Regional, y por sectores, por ejemplo: género, salud, educación, juventud, etc. La formación de cuadros es un elemento central del proceso organizativo interno, proyectando liderazgos y referencias
acompañados de la guía de los ‘’pioneros’’ de esta experiencia. La reivindicación de esta tarea pedagógica-política es fundamental para la continuidad de cada uno de los principios y bases del MST.

Algunas particularidades de la experiencia pedagógica

La evaluación
Munir relata que durante 20 años el movimiento se negó a la entrega de calificaciones en términos de nota numérica, por el contrario, el cuerpo docente de la institución daba ‘’pareceres’’, es decir, una visión sobre el proceso
pedagógico del estudiante en cuestión. Sin embargo, frente a la presión del Estado por la entrega de calificaciones numéricas, el MST desarrolló un sistema propio de evaluación, que busca cumplimentar el requisito formal sin
instalar un criterio pedagógico exterior.
 El 50% de lo consignado como ‘’nota’’ se desprende de un diario de
aprendizaje, que cada estudiante escribe durante los últimos 15 minutos
del trabajo en el aula. En dicho diario se plasma el proceso pedagógico
personal: qué se aprendió en ese día, en qué aspectos se considera que
uno puede mejorar, cómo se sintió dentro del aula etc. Esta herramienta,
que se ejercita desde la primera infancia, no solo sirve al progreso en las
diferentes áreas o asignaturas, sino que fomenta la autorreflexión crítica
y los procesos de autoconocimiento desde una edad temprana. Las
estudiantes señalaron, además, que dicha herramienta permite
exteriorizar sentires, emociones e ideas a quienes les cuesta expresarse
desde el habla y la oralidad.
 Un 25% está compuesto por trabajos prácticos, exámenes y
presentaciones.
 Otro 25% se relaciona con la convivencia en el espacio colectivo y la
formación integral. Munir destaca que uno de los fines de la formación
es el de ‘’saber ser gente’’.
Contenidos socialmente útiles
Esta noción parte de dos premisas, la primera refiere a que no existen contenidos neutrales, todo saber, en un contexto y espacio determinado, contiene un sentido político, social y cultural. La segunda, es que no se puede
aprender todo, que el tiempo es finito y que, por tanto, es posible elegir qué contenidos abordar. Los contenidos socialmente útiles cobran sentido en el contexto de la vida de la comunidad, en este sentido, la realidad es pensada
como el principio rector del conocimiento, partiendo desde lo cercano para abordar lo lejano, recuperando una concepción situada de la educación.

El trabajo como principio y método pedagógico 
Esta idea se refiere tanto al trabajo intelectual como al corporal, y hace hincapié en los procesos que genera el trabajo en términos subjetivos y colectivos.

Actitud y habilidades de investigación 
Desde los primeros años, la escuela propicia espacios de investigación para estimular la curiosidad y brindar herramientas, habilidades y técnicas vinculadas a la investigación, a través de diversos núcleos de investigación que

se nutren del saber científico para indagar sobre temas seleccionados por los
estudiantes y relevantes a su comunidad.
Escuela del campo
Munir, señala la diferencia entre entender esta experiencia como una escuela
en el campo, poniendo el acento en la sola posición geográfica de la institución
escolar, y una escuela del campo, refiriéndose a la identidad, a la vida común
en el espacio rural, a las necesidades y particularidades de la comunidad. Se
enfatizó la idea de educación “do campo”, como una estrategia política y
pedagógica del MST, que representa la construcción colectiva que nace de la
lucha social y que implica una identidad territorial y política, convirtiéndose en
una forma de pertenencia y reconocimiento.
Escuela y comunidad
Los jóvenes realizan proyectos de investigación desde primer año, y tienen
diversas actividades en diálogo con la comunidad (participan en festividades,
adultos mayores se acercan a la escuela o la escuela va a sus casas para
conocer historias, costumbres). En noviembre se realiza una muestra anual de
proyectos a la que concurren actores de toda la comunidad, cada año se
organiza con una temática diferente.
Entre los principios fundamentales de la educación del MST se destacan el
conocimiento y la comprensión de su historia, así como la pedagogía de la
alternancia. Esta última surge del deseo de no cortar raíces, de integrar los
procesos escolares con la vida familiar y comunitaria de los estudiantes. Así, se
reconoce que se hace escuela en dos momentos distintos y complementarios:
el tiempo escuela, que tiene lugar dentro del predio escolar; y el tiempo
comunidad, en el cual las infancias y juventudes realizan actividades de
investigación sobre su realidad, registrando experiencias y prácticas que
permitan intercambiar y construir nuevos conocimientos.
Alumnas/os inspiradas/os: “Cartas de afecto e aprendizagens. Uma

relação entre educandos e educadora.”

Así se titula el libro que organiza Isabela Camini, referente del Sector de
Educación del MST. Durante nuestra visita a la Escuela, Munir nos obsequió
ejemplares del mismo y junto a las estudiantes nos relataron de qué trata:
Isabela Camini, a través de Munir, hizo llegar a la Escuela su libro Cartas
pedagógicas – testemunhos de uma vida (2022). Los y las estudiantes de
cuarto año de primaria lo conocieron, y la experiencia de escribir y recibir cartas
los inspiró, a partir de allí, guiados/as por su docente Elaine Busch comenzaron
a escribirle a la autora, con la cual se conocieron finalmente en persona. El
libro compila esos intercambios afectivos y pedagógicos, atravesados por
procesos de aprendizaje, por un “pensar sistemático de carta-respuesta”, que
establece un vínculo afectivo de escritura y de espera, “de aprender con el
tiempo del otro”, tal como reflexiona Munir en el prefacio del libro. Camini
(2024) señala que la carta pedagógica es “una extraordinaria forma de construir
literatura, motivar e incentivar la escritura, la lectura, la pesquisa, la
comunicación, la construcción de conocimiento, intelectual y colectivo” (p.20)
Olá, senhora Isabela Camini! Eu adorei sua carta e me emocionei. Eu amei sua
carta. Tenho muitos sentimentos que não consigo descrever, pois a sua carta

tem coisas maravilhosas, coisas que me inspiraram a escrever esta carta para
você, uma pessoa muito legal e especial.
Fragmento de una de las cartas que componen el libro.

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